¿Cuándo fue la última vez que le dijiste a Dios "gracias"?

Vivimos en un mundo extremadamente agitado, lleno de distracciones, quejas y anhelo de cosas que no tenemos. Y si bien puede ser bueno mirar las cosas que tenemos y contar nuestras bendiciones, ¿con qué frecuencia acudimos a Dios y le agradecemos por esos regalos?

Dios es la razón por la que tenemos algo en esta vida. Incluso nuestra propia existencia día a día es un regalo.

No hay nada mejor que el agradecimiento y nada peor que la ingratitud. Todos podemos señalar momentos de nuestras vidas en los que no pudimos ser agradecidos y, a menudo, eso conduce a sentimientos generales de infelicidad. Entonces, ¿cómo dejamos de sentirnos así? ¿Cómo practicamos más el agradecimiento? Hay una solución simple: cada mañana y cada tarde, pídele al Espíritu Santo que te ayude a contar tus bendiciones y luego agradece al Señor por todos esos dones.

S t. Pablo se hace eco de esto en su carta a los Tesalonicenses, diciendo que debemos dar gracias por todo lo que tenemos y todo lo que podemos hacer. Es lo que estamos llamados a hacer como cristianos y es la forma en que podemos reverenciar a Dios y todo lo que nos ha dado cada día. La persona que da gracias continuamente es una persona que está buscando el plan de Dios en su vida. Y uno de los mayores regalos que surge de esta actitud de gratitud es que cada día se convierte en una oportunidad para utilizar esas bendiciones.

La celebración de la Misa es una forma muy específica en la que podemos expresar este agradecimiento hacia Dios. ¡La palabra Eucaristía significa literalmente "acción de gracias"! Es en la Misa donde profesamos nuestro amor por el sacrificio de Cristo y le agradecemos realizando un sacrificio similar con el cuerpo y la sangre. Podemos ir a Misa todos los días y podemos dar gracias todos los días. Y lo hermoso de la gratitud es que, cuanto más la practicamos, más bendiciones Dios revelará a nuestro alrededor. ¿Buscas auténtica alegría por la vida que estás viviendo? Practica la acción de gracias hacia Dios.